miércoles, 13 de agosto de 2014

Slurp - Raquel Sequeiro


Llueve. Todos los blasones se han dormido, las puertas y las escaleras. Llueve. El agua inunda los pozos, las baldosas ramificadas por raíces de árbol lloviente. El sol llueve, con lágrimas doradas de acuosa dulzura. Simplemente, llanamente, paralelamente al mundo de los Gorps, aquí llueve. Y, si no quieres que llueva, llora, los árboles llovientes odian todas las lágrimas.

Acerca de la autora: Raquel Sequeiro

Oso Antártico Original – Daniel Alcoba


Lo que por fin inventaron los genios de la secretaría para el desarrollo de las pampas gélinivosas del sur fue importar de Groenlandia parejas de osos polares. La primera en llegar, concebir y parir, Arturo – Mamma, acabó en una región del territorio antártico, que es un bosque de hielo. La tentativa de colonizacion sub specie Ursus albino no resultaría gratuita a los osos polares, obligados a disputarle la comida a las orcas multiplicadas, e invictas en esas aguas; predadoras de todos los animales de la región, y también de los osos polares recién llegados del extremo norte.
Yogui, el primogénito de Arturo y Mamma, no llegó a los dos años. Mamma se distrajo, Yogui se acercó a la orilla. La orca blanquinegra que lo acechaba voraz e invisible bajo el agua, dio un gran salto y se zampó de un bocado la cabeza y el cogote del osito .

Acerca del autor: Daniel Alcoba 

La plaga. Una maldición antigua (I) - Raquel Sequeiro


-¿Y qué se acercó?
-Un enjambre de abejas y arena. En el Palatino no se escuchaba otra cosa que el relato de la terrible plaga que había asolado Egipto, por la furia del dios Set, dicen, quien no quería a su hermano y osó hacerlo pedazos. Recuerdo- le dijo al muchacho sentado en la posición del loto, a sus pies, en el Jardín de las Hemérides- un sol frío y glauco, unas manos arteras que se posaron sobre el cuello de Seti I, lo demás son historias sin concluir.
Y el amanuense se pregunto si el rey, en su silla de oropeles, se había vuelto loco, pues la locura toca a los débiles y a los sabios por igual. Fue acompañado hasta la salida. El rey murió un poco después, sobre el enigmático y misterioso trono asirio.

Acerca de la autora: Raquel Sequeiro

sábado, 9 de agosto de 2014

Juegos - María del Pilar Jorge


—Ese cura no es tu padre— dijo Amanda y se alejó corriendo. Reía. 
La perseguí. Cuando pasé junto al anciano sacerdote lo escuché murmurar. Nunca supe si estaba orando o si acababa de condenarme al infierno.
—Esa vieja de bigotes es tu abuela— le grité a Amanda, mientras señalaba a una señora entrada en años y en carnes. La mujer nos amenazó con su bastón.
Mientras huíamos, atravesamos toda la plazoleta, hasta que, al final, Amanda quedó acorralada entre el paredón de la última casa de la cuadra, un enorme árbol y yo. 
—No me toques —chilló—. Estás todo sucio.
Amanda jadeaba, yo también. Era primavera, teníamos doce años y su boca estaba muy cerca de la mía.

Acerca de la autora: María del Pilar Jorge