jueves, 7 de junio de 2012

Grandes remedios - Vanessa Navarro Reverte




Un día llegaron, cucurrucucú, las palomas y remodelaron las fachadas de los edificios con sus excrementos.
Alguien propuso que se importara una partida de gaviotas, ya que en otros lugares éstas habían sido eficaces en cacerías de columbiformes. Todos los miembros del consejo votaron a favor.
No tardaron mucho en comprender que no había sido una gran idea, pues gaviotas y palomas descubrieron lo bien que se lo pasaban juntas moteando el cielo de máculas aladas.
Decidieron entonces comprar cóndores amaestrados a unos expertos en cetrería; cóndores que rápidamente olvidaron su misión inicial y se dedicaron a atacar a los humanos en lugar de a las otras aves.
Finalmente, los sabios vaciaron las arcas públicas para pagar a los científicos que habían conseguido clonar pterodáctilos.
Hoy por hoy, quien no tiene alas en esta ciudad es hombre muerto.

Sobre la autora: Vanessa Navarro Reverte

7 comentarios:

Javier López dijo...

Me encantó.

Vanessa dijo...

Gracias a los abductores por la publicación y gracias, Javier, por tu comentario, me alegro de que te gustara.

Vanessa dijo...

Abducidores, no abductores, disculpad. Tanto deporte no puede ser bueno,jeje.

Arturo dijo...

Vanessa:
Viene a cuento eso de que: "fue peor el remedio que la enfermedad".
Muy gracioso relato, que pone en evidencia a los que perseveran en el error.
Saludos.

Vanessa dijo...

En efecto, Arturo, a grandes males, peores remedios. Gracias por tus palabras y por tu lectura, un abrazo.

Esther dijo...

Intentaron utilizar controles biológicos, sin darse cuenta de que el resto de los animales bien podían pretender "controlar" al Homo sapiens.

Me encantó, Vanessa.

Abrazos,
Esther

Vanessa dijo...

Gracias Esther por tu presencia y comentarios, sabes que tu opinión me merece un respeto y admiración especiales. Un beso.