miércoles, 7 de marzo de 2012

Fuego final - Jesús Ademir Morales Rojas


La estación solar se consumía y agitaba, pequeña concha de cristal, a la deriva en un mar de brillos. Cuando el sol comenzó su muerte —refulgiendo con una intensidad que devoró a todos los planetas del sistema solar— La Tierra, nuestro mundo, se desvaneció, como una burbuja al contacto con la brisa. Entonces, tú y yo, los últimos seres humanos, ya puestos nuestros trajes espaciales, un último abrazo —con fervor, dibujando nuestros enteros cuerpos, a fuerza de despedidas—, dejamos la estación solar y nos arrojamos a las olas ígneas.

Jesús Ademir Morales Rojas

Ilustración: René Magritte: "La vida real"

1 comentario:

Javier López dijo...

Hermoso texto, Jesús.
Si algún día tengo que morir por causa de la explosión de una supernova, espero también estar abrazado a la persona que amo...