viernes, 24 de febrero de 2012

El beso postergado - Federico Demarchi


Habíamos llegado caminando hasta la orilla del río con la excusa de desayunar en algún bar que estuviera cerrado. Hablábamos. La noche se desmoronaba a nuestras espaldas y el amanecer nos obligaba a entrecerrar los ojos.
Aburridos de la mutua estupidez, tratando de parecer inteligentes con la mención de manidas paradojas, hablábamos y hablábamos.
Ocurrió que, en medio de una frase, mientras buscabas una expresión que huía, preguntaste: "¿Cómo se dice?...". Y yo, en la precipitación de responder, me equivoqué: "Estaba pensando lo mismo; no puede decirse". E inmediatamente quise rectificarme, al descubrir lo que estabas pensando. Pero ya era demasiado tarde. Ajenas a una y otra lengua, nuestras miradas se olvidaban de nosotros.
Se alejaban. Y conforme nos contemplaban desde un futuro cada vez más íntimo y más remoto, iban adivinando que en nuestro principio había sido el silencio.
Entonces, por fin, nos quedamos sin palabras.

Tomado del blog: Poesía y Microficción

No hay comentarios: