sábado, 8 de enero de 2011

El último negocio - Javier López

Los supermercados quedaron desabastecidos desde primera hora de la mañana. Eso provocó que cursaran pedidos urgentes para reponer sus estanterías. Y, ante tal circunstancia, el volumen de transporte por carreteras, trenes, barcos y aviones de carga, se disparó. Naturalmente, los precios subieron. A media mañana, el petróleo había alcanzado máximos históricos, triplicando su precio. La especulación llegó a niveles insospechados. El mercado de oro y piedras preciosas hizo ese día el negocio de años. Había que invertir en valores seguros.
Faltaban un par de horas para que el cometa impactara contra la Tierra. Era el final. Su tamaño era tal que crearía un cráter del tamaño del estado de Texas, acabando con todo rastro de vida vegetal, animal y humana en el planeta.
Pero nadie quiso que el acontecimiento le cogiera desabastecido. Y, por supuesto, el capitalismo vio en ello una buena oportunidad de negocio.

4 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

¿por qué, aunque es absurdo, me parece tan real y tan posible? Estamos todos locos y ya, juntos, como masa, ante una catástrofe,...nadie nos puede superar en idiotez.
Como la vida misma.

El Titán dijo...

perfecta definición del sistema...

Ogui dijo...

¡Excelente! Así funciona el mundo... ¡Bien, Javier! Bien pensado y bien escrito.

Javier López dijo...

Gracias por vuestros comentarios.
Es cierto, así es el sistema, así de absurdamente está construido todo esto.
Pero al menos nos queda la posibilidad de retratarlo con ironía.