sábado, 8 de enero de 2011

De cuervos y secretos – Héctor Ranea

Está lleno de cuervos que cuentan de a tres los turistas graznando al verlos. Escondido, otro en los campanarios acumula los totales anotándolos en un ábaco complejo. Al llegar a cierto número ejecutan diversas tareas, a saber: en Praga llaman a los bomberos para que los rieguen, en Viena a magos para que los entretengan, en Vancouver a sus hermanos para que pidan de comer y en Londres a sus mayores para que representen Hamlet en las plazas.
Las cornejas de Burgos, primas de aquellos, inventan una coreografía en la fachada de la catedral, los tordos del Sur, sus parientes lejanos, cantan mientras cagan a los turistas desde lo alto de los plátanos y los grajos de Paflagonia esperan al turista en armadura de metal blanco para darle el Grial, pero ya está muerto y enterrado, según dicen, en alguna catedral de Etiopía, custodiado de buitres sagrados.

2 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Me ha encantado. Ahora entiendo tantas cosas...
Gracias por abrirme los ojos ante las variadas representaciones que los pájaros, a la chita callando, nos ofrecen.
Son listos los pájaros.

Ogui dijo...

Gracias, Luisa! Algunos pájaros nos miran más que nosotros a ellos. Nevermore tiene los tres acentos que marcan los cuervos...