martes, 6 de julio de 2010

La eternidad - Samanta Ortega

Desde que la eternidad del alma se hizo oficial, los cuerpos dejaron de preocuparnos. En el armario contamos con docenas de ellos para todo tipo de ocasión.
Como nos cuesta bastante reconocernos, ya han abierto universidades para enseñarnos a hacerlo sin tanto esfuerzo. Los que no tienen dinero para comprar un cuerpo nuevo, pueden pedirlo al gobierno mediante certificado médico por mal funcionamiento, pero tendrán que demostrar además que son buenas almas y merecedoras de ello. Creo que con un certificado expedido por la policía basta, pero no estoy muy segura.

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