domingo, 15 de noviembre de 2009

El negador de milagros - Anónimo


Chu Fu Tze, negador de milagros, había muerto; lo velaba su yerno. Al amanecer, el ataúd se elevó y quedó suspendido en el aire, a dos cuartas del suelo. El piadoso yerno se horrorizó. "Oh, venerado suegro", suplicó "no destruyas mi fe de que son imposibles los milagros". El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno recuperó la fe.

Citado por Giles en Confucianism and its Rivaís, Lecture VIII, 1915

1 comentario:

Eduardo Mancilla dijo...

Químicamente perfecto.