domingo, 18 de octubre de 2009

Velador - Angela Schnoor


Después que aumentó la violencia en la ciudad, las capillas mortuorias empezaron a cerrar durante la noche. Como los operarios del lugar ya lo consideraban un compañero, él aprovechaba para quedarse junto a los cuerpos de las mujeres sin acompañantes. Solo en la sala, cantaba y rezaba por aquellas que allí reposaban. Este acto calmaba en su alma la sensación de haber abandonado a su madre, muerta al dar a luz. El único inconveniente se producía cuando el sueño lo vencía y olvidaba limpiar, antes del amanecer, el resultado del inmenso placer que sentía al copular con las difuntas.

2 comentarios:

Ogui dijo...

Notable! Ángela sabe meterse en los lugares oscuros en que pocos osan entrar. Este personaje da para mucho más. Excelente cuento, profundo y cortante!

Angela dijo...

Gracias Ogui!
Virgílio também me acompanha.