lunes, 10 de agosto de 2009

Diálogo de tigres III - Lilian Elphick


Luego de caminar por las extensas planicies de la escritura, los tigres llegan al río del silencio. Ahí se bañan y olvidan que están hechos de tiempo y de sangre. A sus pieles mojadas se adhiere la palabra ‘pez’. La tigresa puede nadar debajo del agua a gran velocidad; el tigre da brincos contra la corriente. Juegan a acariciar burbujas.
—¿A quién le contaremos nuestra historia? —pregunta ella.
—¿Cuál historia? —pregunta él.
Los tigres jadean bajo el sol implacable y sus patas se hunden en la arena. Tienen sed. Saben que morirán si no encuentran una mano que morder, aquella que los escribe en la mitad de la noche.

Tomado de: http://lilielphick.blogspot.com

No hay comentarios: